ACTUALIZACIÓN, 22/JULIO/2023: No me apetece releer esto ahora mismo. Fueron momentos muy convulsos y estaba en bastante conflicto conmigo mismo. Lo haré más adelante.
Si leemos la frase final de mi última entrada, se convierte todo en un chiste macabro. Pues empezamos bien esta etapa, ¿no? Una pandemia, una crisis económica, una sociedad de imbéciles que se merece todo lo malo que le pase, una plaga de avispas asesinas, una masa encolerizada que, en nombre de la Paz y la lucha contra el racismo, sale a quemar calles, robar en establecimientos y golpear a ciudadanos, muchas veces civiles que defienden sus negocios, otra panda de ineptos que asaltan el Capitolio porque no les gustan los resultados electorales, etcétera. No, si la cosa pinta genial, oye.
Y en todo este tiempo, yo también he cambiado. Pero sin dejar de ser la misma persona.
Por mucho tiempo, había pensado que ciertas características que me definen ya no estaban en mí, o que, al menos, no se pronunciaban tanto como antes. Resulta que me equivocaba. Siguen definiéndome y siguen presentes en mí, esperando a los momentos en los que tienen que salir a relucir.
Soy una persona buenísima y muy capaz. Dicen que está mal que uno mismo lo diga (creo que ya hemos abordado este tema con anterioridad y ya he comentado que no me va la falsa modestia; considero que es importante ser humilde y no pecar de soberbia [de la cual en ocasiones peco y, aunque sé que es un extremo que no puedo eliminar de mi autoestima y seguridad en mí mismo, también comprendo que no debo permitir que me ciegue], pero no veo el mal en reconocerse a uno mismo cualidades positivas, del mismo modo en que debemos reconocer nuestros errores, siempre que no sea para humillar a nadie), pero estoy muy satisfecho con cómo consigo ayudar a todo el que me necesita y cómo estoy pudiendo sacar adelante todos mis proyectos a corto plazo, sin importar las adversidades. Con cómo he tenido que tomar las riendas de mi propia vida y ejercer de líder cuando ha sido necesario, que es una cualidad que sé que tengo innata, pero que necesito pulir.
Han pasado muchas, muchísimas cosas trascendentales en estos meses (y continúan pasando) para todos. A mí me han ayudado a entender que sigo siendo ese chico (cada vez menos chico y cada vez más hombre) que, sin importar todo el Mal que haya en el Mundo, seguirá siempre aportando su granito de arena para ayudar en todo lo que pueda a que los demás estén bien. Y ver que esa esencia aún sigue Viva en mí, fortalece mi conexión conmigo mismo.
Había llegado a sentirme desilusionado, creyendo que ya me daba igual compartir mi porción de Tiempo en los demás, pudiendo invertirlo sólo en los míos y en mí, pero no es así; me preocupa más que, antes de estar yo bien, esté todo el mundo bien, porque sé lo que es estar mal y prefiero estarlo yo a que otras buenas personas puedan sentirse de ese modo. A día de hoy logro anteponer (todo lo que puedo) a los demás a mí y, aún así, tengo margen para atenderme a mí mismo también. Es la sensación más satisfactoria que he experimentado en toda mi Vida; de una realización conmigo mismo casi plena.
Estoy seguro de que todo irá así siempre mientras siga Viviendo. Es muy bonito seguir conociéndose a uno mismo incluso cuando pensamos que ya lo sabemos todo sobre nuestra persona.
Y ahora a seguir luchando día a día para ser mejor Mañana que Hoy y Hoy que Ayer.
DEYZ, Anixel
PD: ¿Qué? ¿Os sorprende que esta entrada sea tan "optimista"? A mí también; pensaba que sería mucho más "equilibrada". Irónicamente, creo que ha encontrado el Equilibrio.
Bueno, voy a dedicarle más tiempo al blog otra vez, que me apetece compartir poemas que voy escribiendo y desvaríos varios que voy teniendo. Os tengo que contar un problemilla de Vida que tengo con el que vais a alucinar. Bueno, los que más me conocéis no, pero los demás no daréis crédito. En fin, que me vais leyendo si queréis, ángeles y demonios.