El mayor problema de las personas es que confunden sus pensamientos y sentimientos con sus miedos...
Si llevas un largo periodo sin tener pareja estable, o nunca has tenido, habrás escuchado tropecientas veces frases como "
¿aún no tienes novia?" o "
bueno, ya encontrarás a uno". Si tienes, lo más probable es que pienses que es el Amor de tu Vida (y si no lo piensas, la probabilidad de hacer daño a la otra persona es más alta que de costumbre). Si has roto recientemente, habrás escuchado muchas frases también, por lo general duras y críticas por parte de tus amigos hacia la persona a la que ahora llamas "ex" (porque, claro, nada de la culpa la vas a tener tú nunca). Pero hay una que se da en estos casos prácticamente siempre que hace que me dé mucha lástima el camino por el que estamos llevando las vidas de los seres humanos y que me sirve como introducción a la idea principal de esta entrada. Esa frase viene a ser "
no te preocupes, ya encontrarás a otra". "Ya encontrarás a otra"... Como cuando se te estropea la lavadora y te tienes que ir a por otra, y si no te gustan las de
Carrefour, pues te vas a
El Corte Inglés, y si te parecen muy caras, pues coges la que menos te desagrade de
Carrefour y ya está. "No te preocupes"... Como si el avión comenzara a pasar por unas pequeñas turbulencias. ¡Oh, Dios, mío! Lo tuyo con la Sonia se ha acabado. Vale, tranquilos, que nadie pierda los nervios. Ahí hay una Noelia que puede servir de clavo para sacar el otro clavo...
Ése es el significado del concepto de "pareja/novio" hoy en día. Como si la pareja fuera un complemento necesario para el día a día...
De hecho, ¿cuántas veces habréis visto planes de "parejitas"? Sí, sí, esas cenas y esos viajecitos de fin de semana que se hacen los amigos con sus parejas. Y a los que no tienen, ni los invitan. Pero no a malas, sino simplemente porque no tienen pareja. Además, es algo que está aceptadísimo y que se ve muy normal, por lo que nadie se molesta.
Para que veáis lo absurdo que es, voy a poner un ejemplo: "
vamos a hacer una cena con bufandas este miércoles. Ángel, te invitaríamos, pero no tienes bufanda, así que se siente. Ah, si te compras una, avisa".
La mayoría de personas no ama. No lo hacen a propósito. Están de verdad engañados. Piensan que lo que sienten es Amor. Pero la mayoría de personas quiere. Pueden querer de manera sana a una persona con la que se compenetran muy bien y llevan ya bastante tiempo juntos, por lo que al final "se conforman" los dos sin darse cuenta. O pueden querer exclusivamente de manera posesiva a otra persona. Y no, señoras y señores; los celos nunca, jamás de los jamases, implican Amor. Por varios motivos, pero el principal es que toda relación realmente amorosa se basa, entre otras cosas, en la confianza en la otra persona.
He aprendido a entender el Amor como algo totalmente subjetivo, así que no seré yo el que juzgue las reglas que cada uno firma en ese contrato invisible con otra u otras personas. Pero siempre quedarán bases como la confianza, la sinceridad, el cariño y el respeto (ya no sólo en una relación amorosa, sino de cualquier otro tipo). Y si no, no hay Amor.
La mayoría de personas tienen relaciones con otras como yo tengo una relación con mi bolígrafo de tinta negra. Siempre llevo mi bolígrafo de tinta negra en el bolsillo derecho de mi pantalón o en el bolsillo interior izquierdo de mi chaqueta. Yo a mi bolígrafo de tinta negra lo quiero mucho. Suelo necesitarlo siempre que salgo para tomar un apunte sobre cualquier ocurrencia que tenga. Cuando se pregunta si alguien tiene un boli, siempre estoy para dejarlo. No me gusta que tarden en devolvérmelo. Cuando se me acaba la tinta, lo tiro y me frustro. Pero cuando llego a casa, cojo otro bolígrafo de tinta negra y me quedo más aliviado. Y así, de manera cíclica, se basan las relaciones de las personas con otras. Como mi relación con los bolígrafos de tinta negra.
La mayoría de personas no es capaz de entender el hecho de que lleve enamorado de la misma persona seis años y que me sienta feliz en ese aspecto, dado que ella es feliz con otra persona que la cuida y la respeta, y encima sigue queriéndome en su vida como amigo. No son capaces de entender que me haga sentir bien el hecho de que la persona a la que amo sea feliz sin estar conmigo; sin que sea mía, de mi propiedad.
Por eso estoy seguro de que el noventa y nueve por ciento de las relaciones que conozco, acabarán dejándolo. Porque no se aman.
El ser humano tiene, como tantos otros animales sociales, el miedo a la soledad. A sentirse solo. Es un instinto primitivo.
Cuando uno o una de nosotros se quedaba solo en la oscuridad de la noche porque se había perdido del resto del grupo, sentía miedo a ser atacado por cualquier depredador que anduviera cerca de una presa fácil como podía ser él mismo. A día de hoy seguimos conservando ese instinto. Nuestras relaciones con amigos y familiares son las que nos dan la seguridad y confianza de sentirnos protegidos, queridos y aceptados por nuestros semejantes.
El problema es que el ser humano ha desarrollado a lo largo de los tiempos ideas racionales erróneas de cara a algunos de esos instintos primitivos. Como la confusión entre la soledad y la soltería. Como si para no sentirse solo, fuese necesario tener ese complemento fundamental en la vida de todos para poder ser felices. Y quien no lo tiene, no es feliz.
Por eso muchas veces hay personas que son capaces de estar sufriendo durante mucho tiempo en una relación. Porque de verdad piensan que están mejor con esa persona que sin ella.
Y por eso muchas veces las personas cuando están en un punto muerto de una relación y comienzan a sentir la menor atracción por otra, se asustan y no se lanzan al vacío. Porque lo que creían que era su cuento de hadas particular, resulta que es mucho más efímero y simple de lo que realmente creían, y por mucho que se quieran, que nadie dice que no lo hagan. Pero no se aman.
Ése es el mayor problema de los seres humanos hoy en día. Piensan cosas que no se pueden pensar (curioso que lo diga yo). Piensan lo que sienten en lugar de sentir lo que piensan. Lo que nos lleva a la oración que encabeza este texto...
El mayor problema de las personas es que confunden sus pensamientos y sentimientos con sus miedos...
DEYZ, Anixel