ACTUALIZACIÓN, 22/JULIO/2023: No lo voy a releer, creo que hay mucha paja. Sigo pensando que la tauromaquia es un espectáculo deleznable que no debería estar subvencionado, pero no soy nadie moralmente para prohibirla si se hace ciento por ciento con fondos privados.
https://www.youtube.com/watch?v=l80UhmiAYVU
En realidad hoy me apetecía escribir una entrada con otra temática, pero la reservaré para otra ocasión. Más que nada porque no he visto un texto en este último día tan polémico que esté realmente bien fundamentado (seguramente haya, pero bueno, que yo no lo he leído).
Ayer, 15 de septiembre, se produjo en Tordesillas (Valladolid) el "
Torneo del Toro de la Vega". Como todos los años, se celebra el segundo o tercer martes del mes y consiste en soltar a un toro bravo en la plaza del pueblo y que una multitud, cerrándole todas las demás salidas, lo conduzca hasta la vega del río Duero, donde a partir de un punto determinado, los "competidores", armados con lanzas, comienzan a atacar al animal, con la intención de asesinarlo antes de que salga de los límites establecidos. Si lo hace, técnicamente queda indultado. Pero, vamos, que lo matan igual, como ha ocurrido anteriormente.
Voy a posicionarme ya respecto no sólo hacia el
Toro de la Vega, sino también hacia la toda la tauromaquia en general. Estoy totalmente en contra. ¿Por qué? Porque éstos son los endebles argumentos que dan los defensores de estas festividades y que son tan fácilmente contraargumentados...
1. El primero es realmente estúpido. Viene a ser algo así: "
mucho estar en contra de los toros, pero bien que te gusta la carne, ¿eh?". Avise de que era estúpido. Vamos a ver; el ser humano es un animal omnívoro y no seré yo el que defienda una conducta vegetariana, y mucho menos vegana, si no es por temas de salud. Y aprovecho este punto para, a la par que respeto la decisión de cada uno de hacer lo que le dé la gana mientras no haga daño a nadie, decir que si queréis seguir estas formas de vida, que sea por gusto o porque vuestra salud no os permite ingerir ciertos alimentos. Mucha gente que sigue este tipo de vida sufre de problemas de falta de hierro o pérdida de cabello entre muchos otros. Pero, si es por un tema moral, desde mi punto de vista, aseguraos simplemente de no comprar la comida procedente de lugares donde se maltrata a los animales y ya está, pero ni se os ocurra hacer caso a "personas que hablan muy bien y se argumentan genial", porque eso no hace que tengan razón.
Adolf Hitler era un orador estupendo y movía las masas como quería.
2. Si el primero era estúpido, en el segundo piensas que a esta gente les falla algo: "
¡pero si el toro no sufre; no siente dolor!". Está científicamente demostrado que el toro sí sufre. ¿Por qué? Porque posee una cosa que tú y todas las personas y animales complejos también y se le conoce con el nombre de "
sistema nervioso central". Y cuando está intacto, al recibir una punzada, las neuronas encargadas transmiten la sensación para alertar al organismo. ¡Vaya! Parece increíble, pero hay gente en el mundo a la que de verdad hay que explicárselo.
3. Luego están los que yo llamo "moderados" que dicen que las corridas y las fiestas en general en las que el toro no sufra daños, no ven mal que se sigan celebrando. Supongo que se referirán a daños físicos, porque el estrés anterior, durante el evento y posterior que padecen es grave. Lo de poner fuego en los cuernos, entre otras barbaridades, produce estrés. Llamadme paranoico.
4. "
Es un arte de un uno contra uno; toro y hombre en iguales condiciones". No. No están en iguales condiciones. Los toros no son animales agresivos. Eso para empezar. Y las horas (a veces días) previas a la cita son un infierno. Salen cegados y desorientados a la plaza, donde le dan capotazos y le van clavando banderillas en el lomo, para pasar por una puya, y hasta llegar a la estocada final, que llega cuando el toro ya está rindiéndose a su verdugo, por lo general escupiendo sangre y con la cabeza hacia abajo, a causa de que se le rompen los músculos de la espalda. Y no tiene nada de realmente complicado el aguantar a un toro, más aún si se ha entrenado toda la vida, porque el mito de que siguen el color rojo es bien falso; no hacen distinción de colores. Se guían por movimiento y persiguen al capote o la persona que corre. Además, su velocidad de reacción es muy lenta comparada con la de un ser humano. Si te embiste un toro, justo cuando te esté a punto de dar alcance, te basta con amagar un rápido movimiento hacia un lado y justo después correr en la dirección contraria. Cualquier persona completamente sana de la suficiente edad podría hacerlo.
5. "
Si no te gusta, no lo veas, pero déjanos a los demás en paz". No voy a parar de quejarme hasta que se eliminen en su totalidad por todo lo dicho anteriormente y que aún me quedaría por añadir, pero es que da la casualidad de que, encima, lo estoy financiando con mis impuestos. O sea, que no sólo tengo que aguantar que esta práctica medieval siga existiendo en "mi país", sino que además la tengo que pagar yo.
6. Su argumento final es que es una tradición y parte de la cultura española de muchos siglos ya y que, por tanto, hay que respetarla. Me recuerdan a los religiosos católicos y musulmanes más acérrimos que, llegado al punto en el que se puede decir que el Dios que sale en sus libros sagrados (no un dios entendido como ser superior que tal vez haya sido causa de nuestra existencia, lo cual no se puede probar como Verdad o Mentira) es falso, dicen que ellos creen porque "
tienen "fe" y tú no puedes hacer nada para decir que no existe porque tú no tienes fe y punto". Es como que llegado al punto en el que ha quedado claro que es una tortura física y psicológica propia de bárbaros y un asesinato, aún queda el "
pero es que es una tradición de muchos siglos". Tampoco seré yo el que defienda la monarquía, pero antes los toros eran sólo para nobles y personas con mucho dinero y fue
Felipe V quien decidió prohibirlos, alegando que eran un mal ejemplo para las personas, y entonces el pueblo llano adoptó las fiestas, convirtiéndolas en "nacionales".
https://www.youtube.com/watch?v=aSgQLk_KIbY
Antiguamente (y hace no tanto en algunos lugares, como Estados Unidos) era normal poseer esclavos en los países más civilizados. Es decir, tener a personas, seres humanos, como tu propiedad. Pero se entendió que era una barbaridad y no por hacerse durante siglos, milenios, se queja nadie a día de hoy (salvo grupos de personajes desequilibrados) de que ya no se pueda tener un esclavo.
Otro ejemplo. A día de hoy siguen existiendo el racismo y la homofobia, pero podemos estar seguros de que han descendido brutalmente y este tipo de personas suelen ser rechazadas por la sociedad y admitidas en un limitado grupo que únicamente piensa como ellos.
También antes había combates de personas contra otras personas o animales a muerte ante un público que lo aplaudía. Y de eso únicamente nos quedan los toros. ¿Por qué?
La Edad Media siempre será recordada, en su mayor parte, como un tiempo oscuro que impidió un avance científico más eficaz. Se afirmaba que la Tierra era cuadrada, plana y con no más de seis mil años sólo porque lo ponía en un par de libros "sagrados" (Corán o Biblia, dependiendo de en qué lado del mundo vivieras).
En una época en la que se juzgaba a los animales si cometían un delito y donde la higiene era un concepto aún por descubrir para la plebe, la censura era el pan nuestro de cada día y muchas, muchísimas personas fueron ejecutadas de las maneras más horribles que podáis imaginar por pensar mínimamente diferente a lo establecido.
Gracias a grandes mentes, pero sobre todo, personas que sufrieron mucho, como Darwin o Galileo, hemos llegado a día de hoy aquí con nuevos conocimientos; pruebas de que las cosas no son cómo se creía.
Tratemos de dejar a un lado lo que a día de hoy podemos ver con claridad que es una práctica bárbara, propia de una edad decadente. Si le aplicas la Razón, la tauromaquia pierde sentido.
Cita final:
"La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos" -
Francisco de Goya, uno de los primeros antitaurinos.
DEYZ, Anixel