Hasta el Final de los Tiempos

Sin título probable

Si habéis jugado a la ruleta, sabréis que como se juega bien es apostando todo al rojo o al negro, o a pares o impares. Si hacéis la apuesta más segura, las ganancias serán mínimas. Si hacéis una apuesta más concreta, las probabilidades de ganar disminuirán considerablemente.
La vida funciona igual. Puedes apostarlo todo a rojo o negro y tendrás las mismas probabilidades de ganar que de perder. Puedes perseguir también metas simples y sencillas, en las que sea complicado que las probabilidades se pongan en tu contra. O puedes echarlo todo a un número y tener pocas probabilidades de acierto.
Pero si apuestas una y otra vez al mismo número, éste acaba saliendo. Porque todo es probabilidad en el juego. Porque todo es constancia en la vida. Y cuando llega el momento en el que las probabilidades te favorecen, el premio conseguido compensa todo lo apostado y es realmente satisfactorio.


DEYZ, Anixel

lunes, 10 de noviembre de 2014

27. Identificación

ACTUALIZACIÓN, 22/JULIO/2023: Pues muy bien, ¿quieres un pin? Paja.

Siempre me ha gustado hablar pronunciando cada palabra a la más exquisita perfección. Desde bien pequeño. De hecho, tenía y tengo palabras favoritas, simplemente por su fonética.
Mientras iba caminando por la calle, o jugaba con mis piezas de Lego, me repetía a mí mismo palabras como xilófono, azahar, frenético, alabarda, adueñarse, expiración, acelga, Chernóbil, la expresión inglesa de 'shut up', y más palabras en inglés como 'cherry', 'sorry', 'unforgivable'... Y así hasta acabar con una lista interminable (palabra que también me gusta mucho).
¿Por qué? Pues no lo sé, pero siempre ha sido así.
De hecho, cuando aprendo a decir algo en un idioma, suelo pronunciarlo bastante bien. No es que sea algo realmente útil, pero la pronunciación se me da bien.
Bueno, en ocasiones me voy por las ramas cuando si sólo tratamos la raíz, nos entendemos todos bien.
Adónde yo quiero llegar hoy es a explicar que, sobre todo de pequeño, he identificado las "cosas" (objetos, animales, personas) con su respectivo nombre. Por ejemplo: 'lámpara' es un objeto que proporciona luz cuando un individuo lo activa voluntariamente. Sí, es una tontería. Pero así me expreso yo. A una manera diferente del resto del mundo. Supongo que eso ha hecho difícil mi comunicación con el mundo, precisamente. Y me vuelvo a ir por las ramas.
El caso es que si los nombres comunes definen todo lo que nos rodea, los nombres propios deben definir personas, lugares, mascotas... Por eso, cuando tuve dos Migueles en mi clase, no lo pude entender, porque para definir personas en general, se dice, pues eso; 'personas', 'gente',  hasta que me dijeron que uno se llamaba Miguel Ángel y el otro sólo Miguel. Hasta ahí bien. Lo que no entendí y me enfadó mucho, fue cuando al año siguiente me tocó un compañero que se llamaba Mario.
"Vamos a ver; Mario soy yo. No puede haber más Marios en el mismo sitio", pensaba yo.
Me explicaron cómo iba la cosa, pero seguía sin hacerme mucha gracia.
Cuando me leí Harry Potter y la Cámara Secreta por primera vez, además de encantarme más que cualquier libro hasta entonces, vi algo que me llamó mucho la atención. El origen del nombre de Voldemort. Coge las letras de su nombre original y las cambia de manera que consigue uno nuevo, completamente suyo ("Tom Marvolo Riddle" = I am Lord Voldemort"). Así que decidí hacer lo mismo.
Tenía yo seis años cuando comencé a usar únicamente el apellido de mi madre. Y fue cuando decidí darme un nombre que sólo pudiera definirme a mí y a nadie más. También tenía que gustarme fonéticamente. Hice lo siguiente.
Cogemos "MARIO LEE". Me gustan los nombres que empiezan por "a". Fácil. Después la "M" la partimos en una "N" y una "I". Seguido, cogemos los palitos de la "R" y hacemos una "X", porque es de mis letras favoritas. Luego, la "E" y la "L" de "Lee" y ya hemos formado "ANIXEL". Chupi.
Para formar mi propio apellido, cogemos la "D" que queda de la "R", la "E" que queda de "Lee" y hacemos lo siguiente. Cogemos la parte inferior de la "O" y medio palito de la "I" y hacemos una "Y". Y con lo que queda de la parte superior de la "O", la dividimos en dos y hacemos el palito de arriba y de abajo, y con el otro medio de la "I", hacemos la "Z". Ya está: "MARIO LEE = ANIXEL DEYZ".
Y esa es la historia de mi ahora "nombre artístico", el que por cierto uso para darme a conocer a nuevas personas.
Sé que no es nada importante, pero unos cuantos conocidos tenían curiosidad de la procedencia.

DEYZ, Anixel