Hasta el Final de los Tiempos

Sin título probable

Si habéis jugado a la ruleta, sabréis que como se juega bien es apostando todo al rojo o al negro, o a pares o impares. Si hacéis la apuesta más segura, las ganancias serán mínimas. Si hacéis una apuesta más concreta, las probabilidades de ganar disminuirán considerablemente.
La vida funciona igual. Puedes apostarlo todo a rojo o negro y tendrás las mismas probabilidades de ganar que de perder. Puedes perseguir también metas simples y sencillas, en las que sea complicado que las probabilidades se pongan en tu contra. O puedes echarlo todo a un número y tener pocas probabilidades de acierto.
Pero si apuestas una y otra vez al mismo número, éste acaba saliendo. Porque todo es probabilidad en el juego. Porque todo es constancia en la vida. Y cuando llega el momento en el que las probabilidades te favorecen, el premio conseguido compensa todo lo apostado y es realmente satisfactorio.


DEYZ, Anixel

lunes, 19 de mayo de 2014

25. Expiración

ACTUALIZACIÓN, 22/JULIO/2023: No la he releído entera, pero creo que, matizando, sigo pensando así más o menos.

Desde que el Hombre ha sido consciente de su existencia, ha temido por que ésta no sea eterna; ha temido la llegada de la muerte.
Para evadir que la vida tiene un fin y que ese final probablemente sea literalmente nada, se han inventado múltiples historias sin fundamento lógico, la mayoría relacionadas con un ser superior que nos cuida y vigila.
Lo cierto es que son excusas infantiles y pobres para afrontar algo inevitable que va a llegar, más tarde o más pronto. Es un "voy a morir un día, pero no pasa nada porque iré a un lugar mejor".
Esta idea, aunque no lo parezca a simple vista, es de lo más perjudicial de la vida, porque si vives pensando en que no pasa nada pase lo que pase porque tendrás "otra vida eterna" (es decir; que consideras que de algún modo vas a vivir para siempre), lo más probable es que tu vida sea normal tirando a mediocre, y en el mejor de los casos, no hagas "grandes cosas", a pesar de no llevar una "mala vida".
Todos sabemos que vamos a morir un día, pero tenemos la idea algo apartada, como si no nos fuese a pasar nunca en el día en que estamos, cuando en el fondo sabemos que nos puede pasar en cualquier momento. Las muertes de personas cercanas y admirables por una enfermedad tan común como el cáncer, por ejemplo, nos recuerdan que podíamos haber sido nosotros.
Esta entrada la estoy escribiendo en un avión, donde acaban de anunciar turbulencias. Podría darse la remota posibilidad de que nunca se publicase. Aún no he hecho todo lo que querría hacer, pero si pasase algo hoy, mañana o pasado, no me arrepentiría, porque voy exprimiendo mi vida poco a poco, como si estuviera haciéndome un zumo de naranja y quisiese sacar todo el jugo posible, y todo lo que me queda por hacer lo voy haciendo según voy viviendo. Todo lo que quiero es la felicidad de los míos, aportar mi granito de arena para elaborar un mundo mejor y superarme día a día.
El mero hecho de poder tocar y sentir es maravilloso. El hecho de estar vivo, de poder hacer lo que quieras con tu vida, que es un tesoro, es lo que cuenta. Que nada ni nadie influya en tus decisiones, tus proyectos, tus metas y tus más anhelados sueños, porque todo eso es tuyo y nada más que tuyo. De nadie más.
El mensaje de hoy es directo: vive. Tienes una sola vida y cada minuto que pasa es un minuto más cerca de la expiración. Cumple tus proyectos hoy. Planifica lo que vayas a hacer mañana. Pero hazlo ya.
Es como el dinero. Si te lo trabajas bien y lo acabas gastando en algo de provecho para ti, es una buena inversión. Y la vida es eso; un banco en el que vas invirtiendo recuerdos de las situaciones que has pasado.
Así que vive momentos épicos que algún día serán recuerdos de situaciones en las que conseguiste cumplir sueños que anhelabas. Siéntete lleno.
No lo dejes para mañana. Hazlo hoy.
Tienes una vida, no hay más que se conozca después, y no es de esperar que haya algo. ¿Qué harás con ella?

DEYZ, Anixel