Hasta el Final de los Tiempos

Sin título probable

Si habéis jugado a la ruleta, sabréis que como se juega bien es apostando todo al rojo o al negro, o a pares o impares. Si hacéis la apuesta más segura, las ganancias serán mínimas. Si hacéis una apuesta más concreta, las probabilidades de ganar disminuirán considerablemente.
La vida funciona igual. Puedes apostarlo todo a rojo o negro y tendrás las mismas probabilidades de ganar que de perder. Puedes perseguir también metas simples y sencillas, en las que sea complicado que las probabilidades se pongan en tu contra. O puedes echarlo todo a un número y tener pocas probabilidades de acierto.
Pero si apuestas una y otra vez al mismo número, éste acaba saliendo. Porque todo es probabilidad en el juego. Porque todo es constancia en la vida. Y cuando llega el momento en el que las probabilidades te favorecen, el premio conseguido compensa todo lo apostado y es realmente satisfactorio.


DEYZ, Anixel

martes, 22 de abril de 2014

24. Sexo y Amor

ACTUALIZACIÓN, 22/JULIO/2023: Ya no pienso así, creo que hay mucha paja y me da pereza leerlo de nuevo. A día de hoy, creo que el sexo debe ir de la mano del cariño para que sea divertido y exista una complicidad y ya. Naturalmente, a medida que ese cariño aumenta con una persona, más especial es todo entre los dos, pero el sexo, si bien puede ser indispensable, no marca un antes y un después en una relación para mí. Hay cosas, muchas, mucho más importantes. Para mí, claro.

El estado más elevado que se puede alcanzar en vida es el de la Felicidad. Para llegar a ese estado, habrás de conocer cuáles son tus metas a cumplir (revisa la entrada número 16 de este blog). Lo más seguro es que si eres una persona "normal", encuentres entre tus metas amar. Y no me refiero a querer mucho a una persona. Me refiero a sentir un bienestar "físico" y emocional que hace que todo sea perfecto, fácil de realizar, sea cuál sea el obstáculo, y que todos esos problemas parezcan nada. Y es que poder, el Hombre puede o acaba pudiendo con todo, pero si encuentra Amor, todo es nada. Amor lo hace sentir invencible.
Amor es un conjunto, un todo en uno, una persona que parece de ensueño para el enamorado, pues sólo de un sueño ideal es de donde procede. Y si no es así, es algo "mágico". Algo que le da un sentido más allá a la vida. La redondea y la hace perfecta, como un círculo.
La vida es como un círculo, como un balón con sus arrugas y abolladuras y Amor es el instrumento que lo redondea, repara e incluso reluce. Amor es la perfección en la vida.
Amor es locura en la cordura, porque es el sinsentido con más sentido del mundo.
Por todo eso y más, como dicen los poetas, yo vivo enamorado del Amor.

El sexo es una de las funciones más primitivas y hermosas de todos los animales, incluido el Hombre. En los últimos tiempos se ha oído que se ha sobrevalorado. Pero no es que se haya sobrevalorado, es que el Hombre se ha tomado el sexo como la mera función animal, siendo éste para él algo mucho más grande que el sólo placer carnal o "desahogo".

Definitivamente, no me puedo imaginar el sexo sin Amor o, como mínimo, sin cierta necesidad tanto de dar como de recibir cariño. Veo un vacío emocional y una carencia de la capacidad de sentir afecto a niveles importantes.
De la manera en la que yo lo veo, el sexo y el cariño van necesariamente ligados, y es una de las mejores sensaciones del mundo.
Imagino, porque no lo sé, que el sexo combinado con el Amor puro debe ser la sensación más mágica, bella y perfecta del mundo.
Y eso es todo lo que tengo que decir.

DEYZ, Anixel

jueves, 3 de abril de 2014

23. Libro Perdido de la Biblia - Precuela del Génesis

ACTUALIZACIÓN, 22/JULIO/2023: No lo voy a releer, pero creo que esta entrada me sigue gustando.

Éste es un texto que escribí hace ya seis o siete años en dos días que me aburría en clase de Catalán en segundo de la ESO. Lo publiqué hará unos cinco meses en Oblio Libri y quiero intentar darle más continuidad a éste, así que ahí va.

La Vida
Hallábase el Hombre con sus dudas, cuando la tal vez más fuerte de todas le asaltó de nuevo, adoptando la forma de infinitas preguntas, y todas sin respuesta cierta.
“¿Qué es este lugar? ¿Cómo he llegado hasta él? ¿Por qué existo? ¿Acaso existo? ¿Es todo una ilusión de algo inexistente? ¿Cuándo comenzó el lugar que percibo a existir? ¿Y cómo empezó todo?”.
El Hombre era el ser más ególatra de todo el mundo, por lo que fue limitado a observar éste únicamente desde sí mismo, en lugar de desde otros puntos de vista. Por eso pensó que si encontraba una respuesta a la causa de la Vida, encontraría la solución a todos los interrogantes.
El Hombre miró el vasto océano y tomó la idea de que el Agua hubiera sido la fuente de la Creación. El Agua era necesaria para la Vida. Todos los seres vivos dependían de su existencia. Pero algunos de ellos, como el Hombre, no podían vivir en ella porque no tenían la capacidad de respirar en el Agua. Pero tan pronto una teoría caía, otra nacía de ella.
El Hombre inspiró profundamente, y comprendió que el Aire era lo que permitía la existencia a todos los seres vivos. Pero entonces miró la Tierra que pisaba, y entendió que la Vida dependía no sólo de lo que respiraba, sino también de lo que ésta y el Agua le proporcionaban. E incluyó las tres en su teoría. Y más adelante también incluyó al Fuego.
A pesar de que esto respondía qué permitía la Vida, el Hombre descubrió que con eso no encontraba su origen. Surgió un nuevo interrogante.
“¿A qué se debe la existencia de los Cuatro Elementos? Es decir; ¿qué permite la existencia de la Vida?”.
El Hombre se pasó los días desmontando a los elementos de su teoría, tratando de sobreponer uno al resto. Pero todas las combinaciones acabaron fracasando y fue siempre en vano.

La Respuesta es Dios
Llegó la noche y, cansado, el Hombre se tumbó y miró las Estrellas. Entonces empezó a pensar en qué eran esas cosas brillantes que parpadeaban y a veces hasta se desplazaban. No cabía duda de que su comportamiento parecía implicar Vida. Pensó que probablemente eran tribus que habían conseguido poderes como la inmortalidad y que eran los causantes de la Vida como tal y del mundo.
Aunque intuyo que se acercaba a algo, entendió que ésa no era la respuesta, porque de ser así, “¿quién había sido el causante de estos seres?”.
Entonces, miró a la Luna, y se acordó del Sol. Y pensó que uno era el Dios del Día y la Luz y el otro de la Noche y la Oscuridad, y pensó que las Estrellas podían ser sus sirvientes. Imaginó numerosas historias en las que explicaba el origen de estos dos Dioses, como que uno era un hombre-dios valiente que se había arrojado al fuego y el otro lo hizo después sólo por no ser repudiado. Desde entonces, uno brilló en lo alto, a causa de su coraje, pero el otro por su miedo, consiguió un brillo mucho menor.
Eran buenas historias las que se le estaban ocurriendo, pero ninguna respondía la pregunta.
Y entonces, como una luz que entró en su mente, todo se conectó.
Imaginó un ser todopoderoso, que hubiese creado la Tierra, la Vida, las Estrellas, el Sol y la Luna. Un ser capaz de verlo y poderlo todo, que representase el Bien, la Justicia y todas las cosas buenas. Un ser creado por nadie ni nada, sino que siempre hubiera existido. Un ser que fuese la causa de las causas de la Vida. Un ser que permitiese observar la distinción de lo que es bueno y lo que es malo.
Por contra, habría de existir otro ser que representase el Mal, pues el primero era el Bien en sí mismo. Y este otro ser habría de haber sido creado por el primero, pues éste es el único todopoderoso y eterno.
No había dudas. Era la respuesta perfecta para todas las cuestiones que habían existido o quedasen por existir. A esta criatura el Hombre la bautizó “Dios”.

El Hombre dijo: “ Que se haga Dios”. Y se hizo el Tanaj. Contento con lo visto, se fue a descansar, antes de que amaneciera.

Mario Lee

DEYZ, Anixel